La Junta de Cofradías reconoce que la participación de la mujer es cada vez más importante y beneficiosa
Artículo publicado en el Diario "La Verdad" de Cartagena.
Especial Semana Santa 2004 / S. Triguero
De puertas hacia fuera, siempre ha habido la sensación de que las procesiones son cosa de hombres, mientras que la presencia de la mujer se reducía única y exclusivamente a las tareas de bordado de capas, fajines, sudarios y como vestidoras. Pero esto ha cambiado radicalmente en los últimos años en los que el protagonismo de la mujer se ha multiplicado considerablemente, reforzando el deseo de hacer también suya, también grande, la Semana Santa de Cartagena, sintiéndose partícipes de este salto de calidad, para lo que no han dudado en arrimar el hombro como el que más, ya sea dentro del tercio de penitentes o incluso como portapasos.
De esta forma se ha eliminado de un plumazo el tópico de que la vinculación de la mujer con la procesión cartagenera se debía exclusivamente al trabajo en la sombra, esa labor tan concienzuda e imprescindible como poco reconocida. Pero la mujer cartagenera, acorde con los nuevos tiempos, quiere ir a más, y pide también igualdad para las procesiones locales, buscando ese salto cuantitativo y cualitativo del que se sienten también partícipes.
Relativamente lejos queda la fundación de los primeros tercios femeninos, es el caso de las Santas Mujeres (ahora mixto) o del Juicio de Jesús, que ya han superado sus primeros veinticinco años desfilando. Precisamente el Juicio de Jesús estará precedido por otro tercio femenino, este nuevo, el que presenta la agrupación sampedrista bajo el nombre del Arrepentimiento de San Pedro, y que hasta el momento sólo había participado en la procesión de los Traslados de los Apóstoles en Martes Santo.
Pero sin duda el paso más espectacular dado por las mujeres en su deseo de equipararse a los hombres hay que buscarlo en los grupos de portapasos formados por féminas, que van a más en la procesión cartagenera. Las primeras en portar un trono a hombros fueron las sesenta penitentes de la Agrupación del Ósculo, que llevan el grupo escultórico La Despedida de Jesús (este año además de estreno, obra de José Hernández) en la procesión del Viernes de Dolores. Otra agrupación, en este caso marraja, ha seguido los pasos de las portapasos del Ósculo, galardonadas por la Comunidad Autónoma por su significativa e innovadora labor realizada en materia de igualdad, es el caso del tercio de las Santas Mujeres de la Agrupación mixta de Los Estudiantes, durante la procesión de la Vera Cruz del Sábado Santo, saliendo precisamente del edificio de La Milagrosa, en una estampa que tiene visos de convertirse en popular en muy pocos años.
Queda claro que el futuro de las procesiones cartageneras pasa cada vez más por el papel cada vez más importante de las mujeres, algo que reconocen los hermanos mayores de las cuatro cofradías, así como los presidentes de las distintas agrupaciones, sabedores que las tradiciones hay que romperlas siempre que sea para mejorar, como ocurre en este caso. Y es que no hay que olvidar que las procesiones de Cartagena son un espejo más en el que la sociedad no sólo puede y debe asomarse, sino también verse reconocida.
Del mismo modo sería injusto pasar por alto el papel que han realizado y realizan año tras año las juntas de damas, vestidoras, bordadoras y artesanas como Maribel Pan, Juanita Martínez, Carmen Morales, Encarnita Bruna o María del Carmen Ayala. También hay restauradoras como Macarena Poblaciones, volcadas con intensidad en su trabajo con el objetivo de dejar su sello en la buena marcha de las procesiones cartageneras.